La nueva agenda subtitulada “Reforzar la resiliencia del consumidor para una recuperación sostenible”, pretende sentar las bases para garantizar una protección eficaz de los intereses de los consumidores en el marco de la transición ecológica.
De conformidad con el artículo 12 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, al definirse y ejecutarse las políticas y acciones de la Unión Europea (UE), deben tenerse en cuenta las exigencias de la protección de los consumidores. También el artículo 38 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE refuerza la protección de los consumidores al disponer que las políticas de la Unión deben garantizar un elevado nivel de protección de los consumidores.
La nueva Agenda del Consumidor llega en plena pandemia y, por lo tanto, se tiene en consideración para su formulación debido que durante la misma se ha observado que “la protección del consumidor resultó esencial para garantizar los reembolsos por las cancelaciones de servicios, así como para luchar contra la propagación de la desinformación y los comerciantes deshonestos que venden equipos médicos falsos o no conformes a precios excesivos”, tal como explica el documento del Parlamento Europeo “La política de los consumidores: principios e instrumentos”. Además, la pandemia ha cambiado ciertos hábitos de consumo, algunos de los cuales serán temporales y otros no.
Algunos de estos cambios son preocupantes como el aumento de residuos de envases de un solo uso.
Por otro lado, en abril de 2020 se publicó el documento “ Legislación sobre consumo sostenible y protección del legislador”, a petición de la Comisión de Mercado Interior y Protección del Consumidor (IMCO) en que se instaba a:
- Perfeccionar la jerarquía de la gestión de los residuos para asegurarse de que está verdaderamente en consonancia con el nuevo Plan de Acción de Economía Circular de la UE, centrado en el consumo sostenible, la reparación, la reutilización, el reciclado, etc.
- Reformular la definición de “residuos” para que la legislación sobre residuos sea más compatible con los objetivos de una economía circular y un consumo sostenible. El resultado final sería que los productos al final de su ciclo de vida que ahora se consideran residuos, se considerasen más a menudo como recursos.
- Ampliar y fortalecer la responsabilidad ampliada del productor. Es necesario seguir investigando para evaluar si la modulación de la contribución financiera a los OPI (PROs en anglès) ofrece suficientes incentivos a los productores para que rediseñen sus productos.
La nueva agenda cubre 5 áreas principales:
- La transición ecológica.
- La transformación digital.
- La tutela y el respeto de los derechos de los consumidores.
- Las necesidades específicas de determinados grupos de consumidores
- La cooperación internacional.
Nos centraremos en este post en el ámbito prioritario de la transición ecológica, identificando aquellos aspectos relacionados con la protección del consumidor, cuya actividad genera el 54% del PIB de la UE:
- Según el estudio “Comportamiento sobre la participación de los consumidores en la economía circular”: “Todos los métodos de investigación determinaron que los consumidores asociaban más la durabilidad con la calidad del producto y la capacidad de reparación con la disponibilidad de piezas de repuesto. A lo largo del estudio se encontró que la reparabilidad era menos importante para los consumidores que la durabilidad. Según el estudio, esto se debe a que los consumidores confían en las garantías de los fabricantes y no esperan que los productos duraderos se rompan.”.
Uno de los aspectos importantes tanto de la durabilidad como de la reparabilidad es que contribuyen a disminuir la huella ambiental, objetivo prioritario del Pacto Verde Europeo.
- El Plan de acción para la economía circular establece iniciativas específicas para luchar contra la obsolescencia temprana y promover la durabilidad, el reciclado, la reparabilidad y la accesibilidad de los productos, tal como también establece la Directiva (UE) 2019/882 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de abril de 2019, sobre los requisitos de accesibilidad de los productos y servicios . A dichos efectos será necesaria la promoción de nuevos conceptos y hábitos de consumo como la economía colaborativa, negocios modelos de negocio que permitan a los consumidores comprar servicios en vez de bienes (servitización), o el fomento de las reparaciones a través de acciones de organizaciones comunitarias y de economía social y de mercados de segunda mano.
- También será necesario potenciar la disponibilidad de piezas de recambio y servicios de reparación, lo que puede aumentar aún más durabilidad de los productos. En este sentido, las iniciativas sectoriales serán importantes para otorgar a los consumidores un derecho de reparación. Todo ello deberá tenerse en cuenta en la revisión de la Directiva sobre la compraventa de bienes.
Este planteamiento facilitará a los consumidores disponer de más información fiable y de mayor calidad sobre los aspectos relacionados con la sostenibilidad de los bienes y servicios, lo que, a la vez, evitará la sobrecarga de información.
- La Estrategia de la granja a la mesa es la que también quiere facilitar a los consumidores para tomar decisiones informadas y optar por alimentos saludables y sostenibles.
- La hoja de ruta recientemente publicada para el Plan de Acción de Contaminación Cero de 2021 , que identifica los productos de consumo como un ámbito de actuación importante y estudia maneras de incentivar30 a los consumidores para que elijan opciones más limpias
- La Estrategia de sostenibilidad para las sustancias químicas: hacia un entorno sin sustancias tóxicas quiere aumentar la información sobre las mismas a los consumidores y protegerlos de las sustancias más nocivas, y promueve las sustancias químicas seguras y sostenibles desde su concepción.
- La Comunicación de la Comisión “Oleada de renovación para Europa: ecologizar nuestros edificios, crear empleo y mejorar vidas” presenta una estrategia para hacer que los hogares de los consumidores sean adecuados tanto digital como ecológicamente.
- La iniciativa de electrónica circular que busca garantizar que los aparatos electrónicos se diseñen conforme a los criterios de durabilidad, mantenimiento, reparación, desmontaje, reutilización y reciclaje, y que los consumidores tengan “un derecho de reparación”, incluidas las actualizaciones de software a través de la Comunicación “Configurar el futuro digital de Europa”, además del Plan de Economía Circular.
- La iniciativa sobre un cargador común para teléfonos móviles y otros dispositivos portátiles.
- La futura estrategia de la UE para el sector textil para orientar al consumidor a que opte por textiles sostenibles y tener un fácil acceso a servicios de reutilización y reparación.
- La revisión de la Directiva de envases y residuos de envases tiene como finalidad hacer que todos los envases sean reutilizables y reciclables de una manera económicamente viable y abordar el envasado excesivo.
- La Directiva sobre Diseño Ecológico y el marco sobre el etiquetado energético, actualmente en revisión ayudarán a aumentar la concienciación y a gestionar las expectativas de rendimiento energético de los productos, contribuyendo a la consecución del objetivo de eficiencia energética de la UE.
- La etiqueta ecológica de la UE, según el Plan de acción sobre la financiación del desarrollo sostenible de 2018 , debería ampliarse a los productos financieros al por menor.
- También se quiere desarrollar una política contra el “blanqueo ecológico”, más comúnmente conocido como “greenwashing”, que también se quiere que llegue a las finanzas sostenibles. La Comisión propondrá que las empresas fundamenten sus declaraciones ecológicas utilizando los métodos de la huella ambiental de los productos y organizaciones para facilitar a los consumidores información ambiental fiable. La estrategia renovada de finanzas sostenibles que propone ofrecer información fiable, completa y fidedigna sobre los productos financieros en los que invierten.
- La Directiva 2019/944 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de junio de 2019, sobre normas comunes para el mercado interior de la electricidad, que entrará en vigor el 1 de enero de 2021, deberá mejorar la información para los consumidores mediante la facturación de la electricidad y herramientas independientes de comparación de precios, así como la facilitación de las opciones de los prosumidores y las comunidades energéticas
- En la Estrategia Europea de datos se prevé la “adopción de una política de productos sostenible con pasaporte de productos (2021) e inventario de recursos y seguimiento de traslados de residuos (2021)” dentro de “un espacio común europeo de datos para aplicaciones circulares inteligentes que proporcione los datos más pertinentes para permitir la creación de valor circular en las cadenas de suministro” (p. 32), que ayude a los consumidores a tener la mayor información ambiental posible sobre los productos.
- En cuanto a las empresas, la Comisión prevé presentar en 2021 una iniciativa legislativa de gobernanza empresarial sostenible para fomentar el comportamiento empresarial sostenible y a largo plazo, actualmente en fase de Consulta Pública hasta el 8 de febrero de 2021.
- Además, se instará a las empresas a formular promesas voluntarias para dar a conocer su huella ambiental entre los consumidores, mejorar su sostenibilidad y reducir el impacto del medio ambiente que deberán ir en consonancia con el Pacto Europeo por el Clima, todo ello mediante metodologías, herramientas y legislación aplicable existentes, como, por ejemplo, la Recomendación 2013/179/UE sobre el uso de métodos comunes para medir y comunicar el comportamiento ambiental de los productos y las organizaciones a lo largo de su ciclo de vida, y las sugerencias para actualizar los métodos de la huella ambiental, el Reglamento (CE) n.º 1221/2009 (EMAS) o el Reglamento (CE) n.º 66/2010 relativo a la etiqueta ecológica de la UE.
Es evidente que esta nueva propuesta de la “Nueva Agenda del Consumidor” necesita de numerosos actores y de sus voluntades para poderse llevar a cabo. Es una Agenda de corresponsabilización entre consumidores, empresas, entidades y administraciones.
Habrá que ver, por poner un ejemplo, aunque haya dejado de utilizarse el término obsolescencia programada por el de obsolescencia temprana, como las empresas que trabajan con componentes electrónicos adoptan las ambiciones de esta nueva Agenda del Consumidor. O cómo se hará comprensible para el ciudadano este complejo entramado de iniciativas y normativas.