Las políticas europeas están adquiriendo una dimensión urbana cada vez mayor al ser clave en la consecución de los objetivos de la Estrategia 2020. Respetando el principio de subsidiariedad, desde la UE se puede seguir mejorando y reforzando el compromiso y la interacción entre las diferentes instancias de gobernanza y, al elaborar las políticas nacionales y europeas se puede dedicar más atención a las prioridades de la política urbana.
En la actualidad, el 72% de la población total de la Unión Europea (UE) vive en ciudades y barrios periféricos, siendo probable que, de aquí al 2050, supere el 80%. Precisamente esta densidad de población en las zonas urbanas es ampliamente reconocido a nivel internacional como un gran potencial para contribuir a la reducción del consumo de energía y de las emisiones de CO2, ya que permite desarrollar tipos de vivienda y de transporte más eficientes en el uso de energía.
No obstante, hasta ahora, la respuesta política a nivel europeo y nacional ha sido lenta y fragmentada, con muchas iniciativas sectoriales, pero muy poco integradas. La coordinación insuficiente entre los diferentes ámbitos de legislación sectorial y niveles de gobernanza (local, regional y nacional) puede hacer difícil que las ciudades cumplan lo dispuesto en las directivas de la UE, por ejemplo en ámbitos transversales como el de la eficiencia energética.
Es fundamental que este proceso de urbanización se encamine en una dirección común lo más sostenible posible, de acuerdo con los principios del modelo europeo de desarrollo urbano sostenible recogidos en la Carta de Leipzig de 2007 sobre ciudades europeas sostenibles y la Declaración de Toledo de 2010 sobre desarrollo urbano. En relación a la implementación de políticas de cambio climático en base a una economía circular, destacamos de los mencionados principios el de que las ciudades europeas sean lugares de regeneración medioambiental y el de que el desarrollo territorial urbano europeo se caracterice por una estructura de asentamiento compacta con una expansión urbana limitada, y goce de un elevado nivel de protección y calidad medioambiental en torno a las ciudades.
La COM (2014) 490 final de 18 de julio de 2014 hace un nuevo llamamiento en favor de una Agenda urbana para la UE como mecanismo que facilite unir los esfuerzos de los diferentes niveles de gobierno así como asegurar que la planificación estratégica pueda cruzar las fronteras administrativas. Esta vez, la necesidad de esta Agenda urbana para la UE tiene una urgencia específica, pues, la Estrategia Europea 2020 ha fijado unos objetivos prioritarios para toda la política de la UE para cuya consecución con éxito el compromiso de las ciudades es de suma importancia.
Si desea participar en el debate sobre una agenda urbana para la UE, puede hacerlo por vía electrónica siguiendo las instrucciones que se encuentran en la siguiente dirección:
http://ec.europa.eu/eusurvey/runner/pc_eu_urb_agenda
La presente consulta estará abierta hasta el 26 de septiembre de 2014.