¿En qué se parecen y se diferencian España y Suecia en sus Estrategias de Economía Circular? Existen similitudes ya que las dos emanan del Plan de Acción Circular de la Unión Europea. Sin embargo, la idiosincrasia de cada país también establece sus diferencias.
La Estrategia de Economía Circular de Suecia
La política ambiental de Suecia se fundamenta en una meta generacional que se define de este modo: “Entregar a la próxima generación una sociedad en la que se hayan resuelto los principales problemas ambientales, sin aumentar los problemas ambientales y de salud fuera de las fronteras de Suecia”. Esta meta generacional de la política ambiental sueca proporciona la orientación para el trabajo ambiental en todos los niveles de la sociedad. También la de la Estrategia de Economía Circular.
La estrategia sueca de economía circular tiene una visión: alcanzar “Una sociedad en la que los recursos se utilicen de manera eficiente en flujos circulares no tóxicos, reemplazando los materiales vírgenes.”
Para Suecia, un país pequeño y dependiente de las exportaciones, la UE y el contexto internacional son importantes para el mercado de los productos y servicios circulares suecos. Es por ello que reconoce la normativa europea como elemento clave para pasar a una economía circular con ciclos de materiales no tóxicos y eficientes en el mercado único de la UE.
En este sentido, señalar que Suecia lidera, junto con Uruguay, la Alianza de Alta Ambición sobre Productos Químicos y Residuos, que depende del Programa Estratégico de Gestión de Productos Químicos de Naciones Unidas.
La estrategia de economía circular sueca, de la que recientemente se publicó su versión en inglés, se basa en 4 grandes focos, que prevén desarrollarse mediante distinto tipo de acciones:
1- Economía circular a través de la producción sostenible y el diseño de productos. |
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2- Economía circular a través de formas sostenibles de consumo y uso de materiales, productos y servicios. |
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3- Economía circular a través de ciclos de materiales no tóxicos y circulares. |
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4- La economía circular como fuerza motriz del sector empresarial y de otros agentes mediante medidas para promover la innovación y los modelos empresariales circulares. |
para productos y servicios circulares, de reutilización y materiales reciclados.
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Para cada uno de estos cuatro grandes focos, la estrategia hace una correlación con los objetivos de desarrollo sostenible 2030 que se pretenden alcanzar.
La estrategia también destaca los flujos de materiales prioritarios a tratar que establece el plan de acción circular de la UE y que son los plásticos, los textiles, las materias primas renovables y de origen biológico, la comida, el sector de la construcción, incluidos los residuos de la construcción y la demolición, y los metales y minerales críticos para la innovación.
Finalmente, la estrategia se cierra con los actores más importantes con los que va a contar para llevar a cabo la misma y que son los siguientes:
- Esfera política:
- El Gobierno.
- El Parlamento sueco, responsable de determinar los gastos e ingresos del presupuesto del gobierno central.
- Sector de los negocios:
- Colaboración público-privada con todo el sector empresarial (PYMES y grandes empresas).
- La Delegación para la Economía Circular, órgano asesor del Gobierno encargado de ser un centro de conocimientos y una fuerza de coordinación para la transición del sector empresarial a una economía circular; también identifica los obstáculos y actúa como catalizador.
- “Suecia libre de fósiles”, que reúne a los representantes de la industria para formular compromisos con la industria y determinar las medidas que el Gobierno debe adoptar.
- El programa de la asociación estratégica de innovación del Gobierno para la Transición climática en el sector empresarial, que reúne a personas clave del sector empresarial, académico, la sociedad civil y el sector público para contribuir a una acción conjunta para encontrar soluciones que contribuyan a la transición climática y al objetivo climático sueco para 2045 adoptado por el Parlamento mediante la transición a una economía circular.
- El Consejo Nacional de Innovación, órgano consultivo del Gobierno encargado de utilizar la innovación para aportar soluciones a los principales problemas sociales y trabajar por una Suecia competitiva y sostenible a largo plazo.
- El Comité de Innovación y Ética Tecnológica, que trabaja para crear buenas condiciones para la innovación y la competitividad, y, a su vez, en que el desarrollo y la difusión de la nueva tecnología sea segura y con una perspectiva social a largo plazo.
- Sector público:
- La agencia de protección ambiental sueca.
- La agencia química sueca.
- La agencia Sueca de Crecimiento Económico y Regional.
- La Agencia Sueca de Sistemas de Innovación.
- La Agencia Nacional para la Contratación Pública.
- La Agencia Sueca de la Energía.
- La Agencia Sueca del Consumo.
- El Consejo Sueco de Investigación para el Medio Ambiente, Ciencias Agrícolas y Planificación Espacial.
- Las universidades e institutos de investigación que realizan investigaciones que pueden contribuir a una transición circular, como el Instituto Sueco de Investigación Ambiental IVL, la Real Academia Sueca de Ciencias, los Institutos de Investigación de Suecia AB, el Instituto de Investigación Forestal de Suecia y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo.
- Los municipios
- Sociedad civil y particulares.
La Estrategia de Economía Circular de España
La estrategia española de economía circular, presentada en junio de 2020, poco tiempo después que lo hiciera la sueca, gira en torno a 5 ejes:
- Producción.
- Consumo.
- Gestión de residuos.
- Materias primas secundarias.
- Reutilización y depuración del agua: se incorpora como un eje singularizado debido a la importancia que tiene el agua en la península ibérica.
Incorpora, además, 3 líneas de actuación:
- Sensibilización y participación.
- Investigación, innovación y competitividad.
- Empleo y formación.
Una diferencia relevante con la estrategia sueca, es que la española establece objetivos cuantitativos para alcanzar de aquí al 2030:
- Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010.
- Reducir la generación de residuos un 15% respecto de lo generado en 2010.
- Reducir la generación residuos de alimentos en toda cadena alimentaria: 50% de reducción per cápita a nivel de hogar y consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020.
- Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.
- Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Otra diferencia son los indicadores que establece la Estrategia para evaluar la implantación de la misma:
- Para producción y consumo se tendrán en cuenta la autosuficiencia en materias primas, la contratación pública y ecológica, la generación de residuos y los residuos alimentarios generados.
- En relación a la gestión de residuos, los indicadores son las tasas globales de reciclaje y las tasas de reciclado específicas de flujos de residuos.
- Respecto a las materias primas secundarias se considerará la contribución de los materiales reciclados a la demanda de materias primas y el comercio de materias primas reciclables.
- Finalmente, en cuanto a la competitividad y la innovación, los indicadores serán las inversiones privadas, empleo y valor añadido bruto, por un lado, y las patentes relacionadas con la gestión de residuos por el otro.
- Además, en cada uno de los planes de acción trienal que deriven de la Estrategia, se incorporará la contribución a la reducción de emisiones de GEI tanto directas como indirectas de las líneas de actuación incluidas en el plan correspondiente.
Respecto a los sectores prioritarios a trabajar, la estrategia española se focaliza en la construcción y la demolición, el sector agroalimentario, pesquero y forestal, la industria en su conjunto, bienes de consumo, turismo y textil y confección.
En cuanto a los actores que intervendrán en la Estrategia, en España se prevé que sea:
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- Comisión Interministerial de Economía Circular, formada por aquellos Ministerios cuyas políticas tienen un impacto directo en la transición hacia una economía circular. La Comisión contará con un Comité Ejecutivo en el que participarán los ministerios coproponentes de esta Estrategia Española de Economía Circular, al objeto de coordinar y realizar un seguimiento continuo de la Estrategia y sus planes de acción. La Comisión Interministerial de Economía Circular se reunirá en sesión plenaria al menos una vez al año.
- Grupo de trabajo de economía circular de la comisión de coordinación de residuos. Este grupo de trabajo está compuesto por representantes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) y del resto de la Administración General del Estado presente en la Comisión de coordinación en materia de residuos, de las CC.AA. y de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
- Consejo de Economía Circular: en este Consejo participarán los agentes sociales, agentes económicos de los sectores primario, secundario y terciario, gestores de residuos y sistemas de responsabilidad ampliada del productor, así como consumidores y organismos y centros de investigación que impulsen la I+D+i, a propuesta del Comité Ejecutivo de la Comisión Interministerial.
Conclusiones
La Estrategia de Economía Circular Española parece centrarse mucho más en el qué se quiere lograr con la misma, de forma incluso bajo forma de objetivos cuantitativos, mientras que la sueca parece centrarse mucho más en el cómo llevarlo a cabo.
En la Estrategia española existe el diferencial de la prioridad de la reutilización y depuración del agua, habida cuenta que es un recurso cada vez más escaso. En el país nórdico, sin embargo, se pone especial atención en la evitación de generación de productos y residuos con tóxicos, de los que apenas se habla en la española. En la estrategia sueca los actores implicados están mucho más detallados que en la española.
La Economía Circular es una economía en plena gestación. En 2019 y según datos del Eurostat, la tasa de uso de material circular era del 11,9% de media, con grandes diferencias entre los estados miembros de la UE. En el caso de España era del 10,2% y el de Suecia del 7%.
Tal como recoge el nuevo Plan de Acción Circular de la UE:
“En consonancia con el Pacto Verde Europeo y la Estrategia anual de crecimiento sostenible (2020), la Comisión reforzará el seguimiento de los planes y medidas nacionales con el fin de acelerar la transición hacia una economía circular dentro del proceso de reorientación del ciclo del Semestre Europeo para dar mayor cabida a la dimensión de sostenibilidad y ampliarla.
Otra de las actividades de la Comisión en este contexto será la actualización del marco de seguimiento para la economía circular. Basados en la medida de lo posible en las estadísticas europeas, una serie de indicadores nuevos tomarán en consideración los aspectos más importantes del presente Plan de acción y las relaciones entre la circularidad, la neutralidad climática y la aspiración a una contaminación cero. Al mismo tiempo, los proyectos desarrollados al amparo de Horizonte Europa y los datos de Copernicus mejorarán los parámetros de medición de la circularidad en varios niveles aún no reflejados en las estadísticas oficiales.
Se seguirán desarrollando los indicadores sobre el uso de recursos, en particular huellas de consumo y de materiales, que cuantificarán el consumo de materiales y las repercusiones ambientales de nuestras pautas de producción y consumo y se asociarán al proceso de seguimiento y evaluación de los avances hacia la disociación entre crecimiento económico y uso de recursos y sus efectos dentro y fuera de la UE. ”
Es muy probable que estas primeras estrategias nacionales vayan cambiando en los próximos años y se lleguen a homogeneizar y concretar un poco más los ejes y mediciones para llevar a cabo la transición hacia una economía circular de forma efectiva. Convendría también una mayor presencia de especialistas en materia de circularidad en las administraciones con competencia en materias económicas, para poder dar respuesta a las obligaciones europeas. Pero, mientras tanto, habrá que ver cómo evolucionarán y qué implicaciones conllevará a nivel económico, legislativo, social y ambiental estas primeras estrategias.