EL GBPN ha creado una herramienta en la que se definen un paquete de políticas para la rehabilitación energética y permite el análisis de las mejores prácticas actuales. Los Gobiernos en todos los niveles territoriales pueden beneficiarse de compartir las mejores prácticas.
El Global Building Performance Network (GBPN) ha publicado, en julio de 2014, los resultados del proyecto “Reduciendo las Demandas Energéticas en los edificios existentes” que ha desarrollado para contribuir a acelerar la rehabilitación profunda en todo el parque de edificios residenciales, mediante la creación de una herramienta en la que se definen un paquete de políticas para la rehabilitación energética y permite el análisis de las mejores prácticas actuales. Asimismo, en aplicación de la metodología establecida por esta herramienta, se identifican y describen las mejores prácticas de Estados Unidos y Europa.
La siguiente serie de resultados clave han surgido de la investigación:
- La política de rehabilitación energética de edificios es un campo emergente y hay margen para seguir avanzando. La herramienta muestra los elementos en los que se han adoptado medidas positivas y de los cuales los países y los Estados pueden aprender de estas acciones.
- Los países y Estados que tuvieron éxito en la reducción de todos los indicadores de consumo resultaron tener adoptados paquetes de políticas integrales que abordan aspectos clave del proceso de rehabilitación de edificios.
- No hay un “mejor” paquete de políticas que lo englobe todo sino que todos los países y Estados pueden beneficiarse de compartir las mejores prácticas.
- Los mecanismos financieros necesitan adaptarse a nivel local y estar vinculados a las Estrategias nacionales de rehabilitación energética en el sector de la rehabilitación. Esto es cierto para la mayoría de los criterios.
- Entre las mejores prácticas políticas de rehabilitación actuales, hay una ausencia general de objetivos claros y ambiciosos para la rehabilitación del parque de edificios existente.
Respecto a la conclusión relativa a los mecanismos financieros, y respecto a España, hay que vincularla a la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España, de julio de 2014, en desarrollo del artículo 4 de la Directiva 2012/27/UE.
Cabe destacar que esta Estrategia, desde el punto de vista económico, hace referencia a la necesidad de desarrollar otros mecanismos que superen las tradicionales subvenciones, o las subsidiaciones de los créditos. Entre ellos estarían los siguientes:
- La canalización de los recursos del fondo Nacional de eficiencia Energética (procedentes de las aportaciones, entre otras, de las compañías obligadas y de los fondos FEDER) hacia las actuaciones de rehabilitación energética de la edificación.
- Trabajar con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para diseñar programas de apoyo a la financiación de la rehabilitación edificatoria, en particular la energética. Ello permitiría inyectar liquidez desde el Banco Central Europeo a nuestros Bancos.
- Posibilitar que las empresas de servicios energéticos, constructoras o gestoras de la rehabilitación perciban directamente, con el consentimiento explícito del cliente, las ayudas de las administraciones públicas.
- Reforzar la línea ICO para Comunidades de Propietarios que se viene realizando desde 2013, tratando de mejorar en lo posible, dos aspectos: abaratar la captación de recursos en los mercados de capitales y obtener financiación “blanda” procedente de Instituciones Financieras Internacionales (u otras como Kfw, CEB, etc.).
- Apoyar a las entidades financieras en el diseño de productos específicos destinados a financiar la rehabilitación. Una de las medidas a tener en cuenta sería aquélla que facilitaría a dichas Entidades garantías frente al posible impago de los créditos por parte de las Comunidades de Propietarios (que los Bancos identifican de “alto riesgo”).