Francia plantea 50 medidas para responder al reto de la transición hacia la economía circular en que se priorizan medidas que tiendan a la reutilización, el reciclaje, la extensión de la responsabilidad ampliada del productor y el desarrollo de medidas fiscales y normativas que hagan efectivo este nuevo paradigma.
El documento de estrategia de economía circular gala fue presentado el pasado 23 de abril bajo el título “50 medidas para una economía 100% circular”.
Las 50 iniciativas que Francia pretende desarrollar se organizan bajo 4 grandes apartados:
Producir mejor.
Consumir mejor.
Gestionar mejor nuestros residuos.
Movilizar a todos los agentes.
En este post nos limitaremos a traducir el título de cada una de las 50 propuestas:
Producir mejor
Incorporar cada vez más materias primas obtenidas del reciclaje de los productos
Acompañar la inversión productiva.
Acompañar, de aquí al 2020, a través de un programa de la Ademe, la Agencia de Medio Ambiento y de la Energía de Francia, “ TPE & PME gagnantes sur tous les coups” a 2.000 empresas voluntarias. Este programa es un apoyo ofrecido a establecimientos PYME con menos de 250 empleados en la industria, distribución, restauración y artesanía para identificar sus pérdidas en materia de energía-desperdicio de materiales y proponer un plan de acción para reducirlos y lograr ahorros.
Permitir a los canales de responsabilidad ampliada del productor asegurar las inversiones de las entidades industriales de reciclaje y de los productores de productos reciclados.
Gestionar los recursos de manera más sostenible.
Adaptar, a partir de 2019, las competencias profesionales para producir mejor a nivel nacional y en los territorios.
Desplegar la visualización ambiental voluntaria de productos y servicios en los 5 sectores piloto (mobiliario, textil, hoteles, productos electrónicos y productos alimentarios)y extender este dispositivo voluntario a otros sectores durante el 2018.
Consumir mejor
Reforzar la oferta de los actores de la reutilización, de la reparación y de la economía de la funcionalidad.
Reforzar las obligaciones de los fabricantes y de los distribuidores en materia de información sobre la disponibilidad de piezas de recambio para los equipos eléctricos y electrónicos y de los elementos de mobiliario.
A partir del 1 de enero de 2020, visualizar de manera obligatoria, en los equipos eléctricos y electrónicos, una información simple sobre su reparabilidad.
Reforzar la puesta en marcha efectiva de la garantía legal de conformidad y llevar a nivel europeo una extensión de su duración.
Generalizar la puesta en marcha de criterios de “eco-modulación” en todos los canales de responsabilidad ampliada del productor y hacer de la eco-modulación un instrumento de incentivo.
Mejorar la información del consumidor.
Intensificar la lucha contra el despilfarro alimentario.
Hacer valer, de aquí al 2019, en el sector textil, los mismos principios de la lucha contra el despilfarro alimentario para evitar que los productos no vendidos de este sector sean tirados o eliminados.
Reforzar la lucha contra la publicidad que incita al desecho prematuro de productos y al despilfarro de recursos.
Gestionar mejor nuestros residuos
Desencadenar una dinámica de «movilización general» para acelerar la recogida de envases reciclables, las botellas de plástico y las latas gracias a la “consigna solidaria”, una especie de sistema de devolución, aunque con un retorno ético, no financiero. El ciudadano se sentiría gratificado por participar en este sistema que creará un incentivo para que el valor de cada nueva botella y lata que se recaude sea destinado para la financiación de una gran causa ambiental, sanitaria o solidaria. El objetivo es recoger todas las botellas de plástico y las latas en 2025 y que ahora se desperdician.
Extender el ámbito de la responsabilidad ampliada del productor a los envases profesionales y darse un objetivo para aumentar el porcentaje de botellas y latas recogidas en el sector de los cafés, hoteles y restaurantes.
Simplificar el gesto de clasificación para los ciudadanos y armonizar el color de los contenedores en toda Francia.
Mejorar el dispositivo de pictograma llamado « Triman » de recogida de residuos simplificando su definición.
Adaptar la fiscalidad para que la valorización de los residuos sea menos cara para su eliminación.
Facilitar el despliegue de la tarificación de incentivos de la recogida de los residuos.
Facilitar el despliegue de la recogida en origen de los bioresiduos para las entidades territoriales públicas, aligerando las restricciones.
Valorizar todos los bioresiduos de calidad y permitir al sector agrícola ser motor de la economía circular.
Llevar a nivel europeo la prohibición del uso de plásticos fragmentables, contenedores de poliestireno expandido y microplásticos.
Imponer de ahora al 2020 la instalación de filtros de recuperación de partículas de plásticos en los lugares que se produzcan o utilicen.
Elaborar al inicio del 2019, un referencial de buenas prácticas y de instrumentos destinados a entidades públicas territoriales para luchar contra los depósitos de residuos ilegales.
Reforzar el pacto de confianza de las entidades de responsabilidad ampliada del productor con el objeto de volver a dar márgenes de maniobra a los eco-organismos reforzando los medios de control del Estado, así como las sanciones.
La creación, con los agentes implicados, de nuevas entidades de responsabilidad ampliada del productor o la extensión de entidades ya existentes para ampliar el principio de «quien contamina paga» a nuevos productos.
Hacer evolucionar ciertas entidades de responsabilidad ampliada del productor para mejorar su funcionamiento.
Estudiar de aquí al 2029 el despliegue de un dispositivo financiero que favorezca el retorno de antiguos teléfonos móviles.
Dar más libertad a los productores para el ejercicio de su responsabilidad en el marco de las entidades de Responsabilidad ampliada del productor.
Revisar el funcionamiento de la gestión de residuos de la construcción para hacer más eficaz su recogida.
Revisar en profundidad, de ahora a mayo de 2019, el dispositivo reglamentario actual del «diagnóstico de residuos antes de la demolición».
Desarrollar de aquí a los 2020 guías técnicas que visualicen el reconocimiento de las mejoras de materiales reutilizados.
Adaptar la normativa relativa a los residuos para favorecer la economía circular.
Facilitar la salida del status de la condición de residuos.
Revisar, a partir de 2019, las reglas de aceptación en vertederos y en incineración los residuos de personas jurídicas.
Garantizar el respeto de las reglas de juego.
Luchar contra el tráfico de vehículos fuera de uso.
Una hoja de ruta para movilizar a todos los agentes
Hacer un esfuerzo de comunicación inédito para movilizar ciudadanos y empresas.
Sensibilizar y educar integrando el concepto de economía circular en la educación del desarrollo sostenible desde primaria.
Generalizar y “perennizar” la acción territorial alrededor de la economía circular.
Hacer de la contratación pública y del dispositivo “Administración ejemplar” una palanca para desplegar la economía circular.
Apoyar la economía circular con financiación para su desarrollo.
Reforzar las sinergias entre empresa (ecología industrial y territorial- EIT).
Movilizar la comunidad científica y técnica con una aproximación pluridisciplinar.
Reforzar la gobernanza nacional y de pilotaje, haciendo evolucionar el Consejo nacional de residuos a un Consejo nacional de la economía circular.
Integrar las cuestiones particulares de los territorios de ultramar.
Promover la acción de Francia en favor de la economía circular a escala europea e internacional.
Como vemos, la responsabilidad ampliada del productor adquiere un papel protagonista en la transición francesa hacia la economía circular, en la que se pone el foco también en la información de los productos y en potenciar el alargamiento de su vida útil o la de sus componentes, a establecer mecanismos tanto normativos como financieros para hacer posible la economía circula, así como la voluntad de contar con todos los agentes implicados tanto a nivel territorial como todas las entidades que participan en ella y la revisión de estrategias y procedimientos ya existentes en el ámbito de los residuos para mejorar su funcionamiento.
Finalmente, apuntar que la hoja de ruta no solo se circunscribe a Francia, sino que en 3 de sus propuestas aspira a hacerlas extensivas a nivel europeo y en una incluso a nivel internacional.
Comunicóloga, formadora y coach. Licenciada en Sociología por la UB (1997). Máster en Comunicación Científica, especializada en Biotecnología y Medio Ambiente por la Universidad Pompeu Fabra (2000) y Máster en Coaching Personal por la Escuela Coach Creativo (2009).
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